En el evangelio de hoy Jesús nos habla: "Esfuércense en entrar por la puerta angosta. Porque les aseguro que muchos querrán entrar y no podrán". Esforzarse es luchar, pelear, batallar por una causa justa, aquí por ingresar por la "puerta angosta". Eso implica dificultades y exige renuncias. Para ser salvados, no basta con haber participado en la Eucaristía o haber escuchado la Palabra de Dios. Requiere vivir con el Señor para obrar como él, haciendo siempre el bien. Entrar en el Reino por la puerta angosta es una tarea o responsabilidad nuestra como discípulos de Jesús.
Podemos ver el recorrido de Radio Paz durante estos 50 años como una aplicación de este evangelio. Radio Paz representa un gran esfuerzo de muchas personas desde el principio, en las distintas etapas de su desarrollo, hasta el día de hoy. Radio Paz fue y sigue siendo una gran obra misionera, que necesita mucha cercanía con el pueblo y mucha creatividad. La historia de Radio Paz se puede dividir en tres etapas: la primera etapa de euforia en los primeros seis años, entre 1969 y 1975; la segunda etapa, entre 1975 y 1992, cuando estuvo cerrada la emisora; y la tercera etapa, desde su reapertura en 1992 hasta el día de hoy.
Vamos a ver cómo inició Radio Paz. Esta semana hemos recibido un texto de 44 páginas del Padre Juan Pablo Guillet, que narra la historia de los primeros 13 años de Radio Paz. Eso constituye un verdadero testamento de ese gran misionero de 94 años de edad, que ha vivido los mejores momentos de su vida misionera cuando estaba al frente de La Colmena y de Radio Paz. Vemos cómo Dios ha ido trabajando en Radio Paz, a través de sacerdotes, religiosas y laicos, que se han esforzado para hacer llegar la Buena Nueva del Evangelio hasta los últimos rincones de nuestra diócesis y más allá de nuestras fronteras.
Hace 60 años había mucho analfabetismo en Honduras. Mons. Evelio Domínguez, entonces obispo auxiliar de Tegucigalpa, fundó una radioemisora para ofrecer un programa de alfabetización en beneficio de los campesinos de Honduras. Esa radioemisora se llamó "La Voz de Suyapa", la actual Radio Católica de Tegucigalpa. Mons. Domínguez pidió al Superior de los Padres Javerianos, Padre Guillermo Aubuchon, que facilitara los servicios de uno de sus misioneros para ser asistente del Director de la emisora. Fue nombrado el Padre Juan Pablo Guillet como Director de programación de la Voz de Suyapa. Luego se lanzó las Escuelas Radiofónicas y se creó la Acción Cultural Popular Hondureña para el financiamiento y la administración de la nueva institución.
Fue en la zona Sur donde el programa de alfabetización logró sus mayores éxitos. Se organizaron centros de recepción en todas las parroquias de los departamentos de Choluteca y Valle. En esos centros se reunían grupos de campesinos en torno a un monitor - un campesino ya alfabetizado - que hacía de enlace entre ellos y el profesor que ofrecía las lecciones desde Tegucigalpa.
Pero las condiciones de recepción en el Sur eran deficientes. Se necesitaba una radio de proximidad capaz de ofrecer un programa de formación más adecuado. De allí surgió un nuevo proyecto, el de una radio diocesana que inyectaría un nuevo vigor a las Escuelas Radiofónicas en la Prelatura de Choluteca. Con la ayuda de Misereor de Alemania, nació Radio Paz el 30 de mayo de 1969, siendo su primer director el Padre Juan Pablo Guillet, apoyado por el primer obispo de Choluteca, Mons. Marcelo Gérin. Radio Paz, la Voz del Desarrollo, tenía como productora la Señora Luisa Darios, de origen peruano. Una de sus primeras locutoras, Diana Rosales, que trabajó con entusiasmo, ahora vive en la ciudad de Los Ángeles. Radio Paz, la "Voz del desarrollo", optó por ser "la voz de los sin voz" y se dio como misión fomentar la solidaridad entre los marginados de la sociedad, empezando por los campesinos. Su programación tenía como objetivo concientizar a la población. Hubieron series memorables, como "Jurado Trece", "El Padre Vicente", "Un tal Jesús". El Padre Andrés LeBlanc difundió el curso bíblico "Luz en mi camino". Para Semana Santa, se hacía una programación especial, porque las demás emisoras permanecían fuera del aire, dejando a la radio católica todo el campo libre. Se empezó a transmitir también la misa dominical, presidida a las 7.00 de la noche con el vigor y el humor inolvidables de Mons. Marcelo. El desarrollo del sentido crítico del público ocupó siempre un lugar central en la misión de Radio Paz: por ejemplo se invitaba a un grupo de agentes de pastoral para reflexionar juntos sobre el sentido de una canción popular. A partir de la experiencia del Centro de Capacitación "La Colmena", nació el programa "Las abejas al vuelo", que hacía entrevistas con los participantes en la formación, tanto en La Colmena como a su regreso a la aldea.
La segunda etapa de la historia de Radio Paz duró 17 años, desde 1975 a 1992. Se dio a raíz de la persecución del gobierno militar de Juan Alberto Melgar Castro contra todos los agentes de pastoral que promovían la liberación integral del pueblo, en particular los campesinos concientizados. El 25 de junio de 1975 se dio la crisis de Olancho, donde fueron asesinados dos sacerdotes, dos muchachas y unos 17 campesinos. El 26 de junio de 1975 fue cancelada la licencia de Radio Paz: ya no podía salir al aire. Sin embargo, gracias a la inspiración del Espíritu Santo, a la tenacidad del Padre Juan Pablo y de la Gerente de la Radio, Doña Lety Siercke de Mondragón, se hizo un convenio con Audio Video y en adelante Radio Paz se iba a llamar Radio Valle. La Prelatura puso el personal, los edificios, las instalaciones técnicas de su radio diocesana a disposición de Audio Video. Se firmó un contrato legal, donde a la Prelatura se le reconocía dos horas de programación por día sin pago, por concepto de alquiler. Durante muchos años no se distinguió mucho de otras emisoras que tenían música ranchera o popular. Había poca formación religiosa y poca música religiosa. Sin embargo, siempre estaba la misa dominical, presidida por Mons. Marcelo, y el programa de pastoral juvenil los sábados. Uno de los hitos de esa etapa se dio con el retorno a la democracia. En 1981 se dio un programa de formación política destinado al público en general. Cada viernes se llenaba la Casa de la Cultura, que funcionaba en la iglesia "La Merced", para escuchar a los candidatos de los cuatro partidos políticos de entonces, y dar la palabra a la gente que los cuestionaban. También se dio un simposio sobre Fe y Política. Esas iniciativas contribuyeron grandemente a la democratización del país.
La tercera etapa comenzó con la reapertura de Radio Paz el 29 de agosto de 1992. Estamos actualmente en esa etapa. Quiero agradecer aquí a todos los trabajaron y los que siguen trabajando como directores, asesores, administradores, locutores, buscadores de publicidad, etc. ¡Gracias a ese personal que se dedicó cuerpo y alma al funcionamiento con calidad de Radio Paz! En esa etapa se decidió dar a la radio una programación más religiosa. Por cierto hay espacios pagados que no son responsabilidad de Radio Paz, pero se eliminó la música popular y la música ranchera. Se da lugar a muchas pastorales y movimientos para que evangelicen a la población desde sus propios carismas. Se conservó lo bueno que había antes, por ej. el programa dominical de la Celebración de la Palabra. Se creó unos nuevos programas, por ej. los Reporteros Populares, que desapareció hace tres años, pero ¡ojalá volviera! La FM 95.5 ahora está funcionando y alcanza la población de la ciudad de Choluteca. Se buscan más patrocinadores y se ofrece espacios para publicidad. Se dinamiza el Club de Amigos. Se incita a la gente a dar en una segunda colecta en la celebración de la confirmación. Siempre ha habido dificultades económicas. El obispado ha colmado muchas veces los déficits. ¡Ojalá Radio Paz llegue un día a ser autosuficiente!
Una vez, en Canadá, alguien me preguntó: "¿cuánta gente en su diócesis va a la misa el domingo?" Le contesté: "No sé, no hay estadísticas. Sería como un 10%". El Padre Juan Pablo Guillet oyó esto y protestó: "Con toda la gente que va a la Celebración de la Palabra y con los que escuchan la misa por radio o por televisión, llega a un porcentaje mucho más elevado de practicantes".
Hoy podemos dar gracias al Señor por estos 50 años de Radio Paz. Podemos dar gracias también a todos los bienhechores que sostienen la Radio con sus oraciones, con sus llamadas telefónicas y con sus contribuciones. ¡Ojalá Radio Paz siga siendo esa voz profética de la Iglesia que denuncia la injusticia, que propone de forma creativa los valores humanos y cristianos que hacen falta a la sociedad, que alimenta la sed de Dios que habita nuestro pueblo! ¡Larga vida a Radio Paz! ¡Que viva Radio Paz!